viernes, agosto 08, 2008

Volviendo

Que bueno que es irse... para volver.
Alguna vez leí al Negro Dolina decir que es mentira, que nadie vuelve, pues volver significaría regresar a un pasado que ya no existe.
En parte es cierto, cuando uno se va ya nada es lo mismo.
Será la distancia, el tiempo, el viaje o las ganas, pero al volver las cosas se ven distinto.

El tomar perspectiva es muy sano, en la cotidianeidad de la vida se pierden los detalles, y con los detalles la motivación y con la motivación la alegría.
Una pregunta tan simple como "¿y yo para qué estoy haciendo esto?" (omití el "carajo" para que sea apto para todo público) puede sencillamente salvarnos la vida.

Analizar el por qué de las cosas nos hace libres: libres de volver a elegirlas o no.
Cuando simplemente hacemos las cosas porque siempre obramos igual, somos esclavos de la rutina. Y por mas exagerado que parezca esto, creo que una graaan parte de nosotros estamos inmersos en esa pesadilla, la de no cambiar nada por el simple hecho de no habernos preguntado nunca si queremos hacer lo que estamos haciendo o no.

En algún lado leí que es muy bueno ir aunque sea una vez por año a algún lugar que no hayamos visitado nunca, y ahora creo que entiendo por que: la atención se duerme y se olvida de analizar.

Para alcanzar la alegría debemos ver donde estamos parados y determinar si queremos seguir así.
Debemos atrevernos a evaluar realmente nuestra situación y en caso de que no nos guste, elegir otro camino.

O lo que es mas o menos lo mismo... Para ser feliz hacen falta huevos.

Deberás temer mas al cotidiano discurrir de los días que a la muerte, ya que mientras hacerte amigo de lo primero te convertirá en esclavo, hacerte amigo de la segunda te regalará la libertad.