Como se suceden las estaciones, así los estados del alma.
Lecciones de vida infinitas, que nos muestran los posibles matices que puede cobrar la realidad.
Todavía no entiendo (creo que soy un poco pretencioso) qué es lo que está pasando. ¿Hacia dónde voy?.
Acepto y agradezco cada uno de los acontecimientos que me trajeron hasta acá. No le temo al futuro, incierto y nebuloso (no solo de buenos trabajos vive el hombre).
Lo que me rompe soberanamente la paciencia es no tener la capacidad de entender las piezas actuales del rompecabezas.
¿Para qué plantear un problema que no tenga solución?. O peor aún: ¿Por qué poner delante de un individuo una situación para la cual carece de aptitudes?.
Sigo sin entender el plan...
Igual no vale tener fe solo cuando uno está de acuerdo.
Sé que todo tiene una causa, me siento afortunado por saberlo. Puedo sentir como cosquillea la energía a mi alrededor. Y también sé que hay veces que solo se puede construir si se destruye antes.
Gracias Maestro, por la luz... y por la sombra.
Espero poder, un día, entregar todo esto que siento. Y no tener la necesidad de contarlo.
El dolor y el placer son partes del camino, y solo llegará quien avance a través de ellos con el mismo temple.