Hoy me desperté con ganas de vivir el momento, de estar presente aquí y ahora. De sentir mis acciones, de saberme vivo.
"...saco la llavero de la riñonera, busco la llave... no, esa no, esa es de casa. Acá está. Pongo la llave en la cerradura y doy dos vueltas, eso es..."
Tan elemental como eso. Todos los maestros lo dicen: "Se hoy y ahora". No pienses en lo que estás por hacer, no pienses en lo que pasó.
Vive como si cada situación fuera nueva.
Habla con las nuevas personas que conozcas sin caratularla. "Este tipo es como Walter, un pesado...". En ese mismo momento nos perdemos una oportunidad única: conocer a alguien nuevo, explorar las posibilidades que ofrece una vida.
Hago una pregunta: ¿Sos la misma persona que eras hace quince años? ¿y hace un año? ¿y hace una semana?
Si nosotros no somos los mismos y tenemos mil experiencias y sentimientos nuevos en cada amanecer, por qué suponer que la gente que nos rodea sí es exactamente la misma que alguna vez conocimos.
Si podemos dejar los prejuicios veremos cosas nuevas y sorprendentes ahí donde solo había "cosas conocidas".
Pero atención, que no me refiero a prejuicios en cuanto a su connotación vil: la discriminación, sino a algo mucho más elemental. Pre juicio. Juicio previo. Idea del comportamiento, personalidad y acciones de una persona que creamos en algún momento y nunca la replanteamos.
La gente a nuestro alrededor se renovará todos los días, por más que sean las mismas. Siempre algo nuevo hay en cada uno de nosotros. Si logramos vivir ahora y dejar las influencias del pasado, cortaremos una de las cadenas mas grandes de las que nos impiden ser libres: buscar repetir cosas porque nos gustaron y evitar otras porque no nos gustaron.
A veces hay que volver a probar, otras hay que dejarlas pasar.
Recordemos que las situaciones más hermosas de nuestra vida siempre fueron nuevas, nunca la repetición de algo vivido.
Supongo que el Maestro sabe.
"Me pregunto de qué me estaré salvando" dijo el sabio de turno. Todo evento que no entendemos o que no nos gusta no es mas que una sincronización, algo que tiene que ocurrir para que luego ocurran otras cosas.
No olvidemos nunca que el hombre con más suerte del mundo, aunque sea por un rato, volverá a ganar.
Dejemos el pasado y seamos cada día nuevos, para disfrutar la vida y entender que cada segundo es un regalo. Un regalo de amor, no de caridad.
Ahora yo pregunto: ¿Qué sería del universo, si no estaríamos allí para interpretarlo?.
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