Este blog viene complicado, el problema es que ni yo sé exactamente de qué quiero hablar.
Voy a tratar de explicarlo...
Mi idea se acerca levemente a lo que sería el concepto de suerte, y de cómo definir a ésta como buena o mala.
La distancia entre los opuestos es diametral, no hay suerte más o menos mala, o casi buena. La famosa desgracia con suerte no es más que un aliciente para consolarse en algo hubiera sido mucho peor.
Sin embargo, sobre lo que yo quiero llamar hoy la atención es sobre otra cosa: las variables que están en juego, su interrelación y la asombrosa capacidad que tiene la realidad para encontrar una salida, para dar una vuelta más de tuerca.
Siempre hay un nuevo recurso disponible, siempre hay una puerta más.
"Contrajo una enfermedad que no tiene cura". No hay escape, no hay forma de que la suerte ayude, la realidad cerró los caminos...
"No, la enfermedad que contrajo en realidad es inofensiva, pero tiene los síntomas de una que es muy grave"
Ahí está, una puerta donde solo había una pared.
"El acta de nacimiento de mi bisabuelo se perdió para siempre en un incendio en una capilla en Italia: adiós ciudadanía europea..."
Esta vez si, no hay forma. La suerte, o mejor, las variables que maneja no saben de viajes temporales ni regeneración de documentos desde las cenizas.
"Me encontré con alguien después de muchos años, que de casualidad se enteró de los datos de nacimiento de mis bisabuelo español por otra rama familiar, otra esperanza..."
Siempre hay un giro más. Nunca podremos suponer todas las alternativas. Y si algún día lo logramos, allí estará la realidad para demostrarnos que se nos olvidó una: lo imprevisible.
Externamente los movientos fueron mínimos, pero la situación se transforma totalmente, llegando a alterar los acontecimientos ya pasados... Me emocioné, no me hagan caso.
De aquí se desprende tímidamente una enseñanza (como se desprende siempre de algo sobre lo que se medita), no tomemos las cosas a la tremenda. Siempre hay un camino más que seguir, un atajo que nos devuelve a la pista.
No reneguemos de la suerte, tal vez esté planeando para nosotros algo grandioso, único. O "simplemente" nos esté salvando la vida...
¿Cuántos milagros habrán ocurrido para que hoy estemos aquí?
Ojalá no lo sepamos nunca...
"Solo conociendo la historia completa puede comprenderse el fin"