jueves, marzo 26, 2009

Las doce han dado... y sereno.

Traté de meterle glamour con el posteo desde el viaje a Bariloche con el celular, pero pido perdón porque la cosa me quedó trunca.
No soy muy bueno en esto de mantener a la clientela contenta. Supongo que este será otro intento por compartir los pensamientos y reflexiones de un moreno medio gil.

La carreta ya está en movimiento hace rato como dije hace un tiempo, lo melones ya están más que acomodados. Esta es una gran verdad, pero me parece que al que formuló esta máxima se le olvidó un detalle: el camino no es cortito y a veces tiene unos cuantos baches. Para cada respuesta que encontramos obtenemos dos nuevas preguntas, los enigmas no solo se suceden sino que además se multiplican.
La vida expande sus colores, su magia frente a nuestras narices, pero la persecución constante de logros distrae nuestra atención. Esperamos a cumplir con todo para empezar a vivir, pero se nos olvida el pequeño detalle de que mientras estamos ocupados es la vida la que no nos espera a nosotros.
Una frase maravillosa viene a mi mente en este momento, es de la película "Las Manos" que cuenta la historia del Padre Mario Pantaleo. Llegó en esos momentos mágicos, viajando tranquilo para el Sur, donde uno baja la guardia y al Maestro se le hace más fácil mimarnos:

"[...] la contradicción arrasa con la lógica pero es el motor de la vida, el cielo y el infierno están aquí dentro de nosotros, no afuera y la tarea de nuestra vida es hacerlo paraíso [...]"

La verdad es que ni siquiera sé porque estoy escribiendo y si tengo algo para contar, pero me parece que es hora de no pensar y entender todo lo que hago.
A veces cosas maravillosas se pierden porque su falta de razón las condenan a la oscuridad.
Estoy usando palabras raras, me parece que la estoy canchereando demasiado.

Muchachos, una vez más: la vida es una fiesta, en cada rincón hay motivos para llorar de alegría y vislumbrar un pedacito del mensaje que nos dan desde arriba. Hoy me crucé con un sabio de turno: me dijo que estaba contento, porque el mundo está siendo obligado a cambiar... crisis? apocalípsis?. No, simplemente una lección más, para que entendamos que no estamos arriba de todo.


Joao.
Rasqueteando la pintura, que abajo la madera está buena.


Mirando al cielo, el hombre cansado increpó al Señor.
- ¿De qué me sirve el libre albedrío, si todo a mi alrededor está mal?
El amanecer dibujó una sonrisa y una voz profunda respondió:
- Para que seas feliz cuando realmente lo decidas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

buenisimo el blog!!