lunes, diciembre 14, 2015

El significado del juego.

No soy un gran conocedor de fútbol. No, eso es tratarme demasiado bien: soy un ignorante absoluto hasta de sus detalles menos sutiles.
En algún punto me siento un poco indigno, las mentes que más admiro se desviven por ese deporte.
Saben comunicar una cierta magia que sobrepasa las meras jugadas fabulosas y los goles épicos.

Supongo que cada uno adivina el universo donde mejor se mueve.
De todas formas este escrito no trata de otras personas hablando de fútbol.
Sino de lo que pude observar de cierta lógica en lo que corresponde a la motivación en los juegos.

Y el fútbol, como representación de los juegos, me da una herramienta bastante útil.
¿Qué es lo que motiva a un ser a jugar?

Una reflexión más que apresurada nos podría decir que tiene que ver con la sensación o necesidad de ganar.
Y creo que desde ahí es de donde quiero tomar el hilo de esta humildísima nota.

Yo supongo que toda persona que juega a algo tiene en algún punto, un anhelo básico por la victoria (descartemos simulacros de juegos entre padres e hijos pequeños, que tienen otra motivación).

Lo interesante es que si llegamos a asegurar la victoria (o el fracaso) en forma inequívoca a cualquier participante de cualquier tipo de juego, estoy absolutamente seguro que en muy poco tiempo perderá toda motivación.

Volviendo al tema inicial, supongamos un partido de fútbol, para el cual puede haber dos premisas:

- Uno de los arcos tiene construida una pared de ladrillos frente a uno de sus arcos.
- Uno de los equipos arranca con 100 goles a favor en el marcador.

En cualquiera de los dos casos, el juego carece absolutamente de sentido.
Chilenas espectaculares, sombreros sublimes y gambetas magistrales no podrán motivar al más pintado de los hinchas, ya que el resultado está pautado de antemano.


Los jugadores no queremos tener asegurada la victoria, ni mucho menos prefijado el fracaso.
Para jugar el juego grande, debemos saber que existe una posibilidad, en un millón de que el resultado nos pueda ser favorable.
Pero nada más, ganar de antemano también es aburrido.

Juguemos... que la mente se quede en el vestuario y dejemos que el sea el universo el que anote los puntos en el marcador.

Juan
Acomodando las canilleras

Jugar. Quiero jugar maestro... Hagamos un chinchón.

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