11 pm, domingo 20 de febrero... el fin de semana se muere.
Pero lo bueno es que se muere porque estuvo absolutamente vivo. Uno solo se da cuenta de que un día "se va" cuando pasan cosas que nos llegan.
Creo que de eso se trata todo esto, no?
Alguna vez escuché que alguien decía que llevaba una vida intensa, porque quería que el día en que llegara la muerte lo encuentre totalmente vivo.
Sería muy bueno poder incorporar esa filosofía de vida. Vivir plenamente todos los días, porque la muerte está acá cerca. Parada, esperando. A pocos centímetros de nuestro hombro izquierdo.
No se confundan, por favor, la idea no es atemorizar a nadie, sino precisamente lo contrario. No hay nadie mas pleno, feliz y libre que quién comprendió el concepto de la presencia permanente de la muerte.
Nada lo aflige ni lo atemoriza, el saber que un día nos vamos a ir le permite vivir plenamente, sin prejuicios, encontrando dicha en vez de problemas a cada paso.
Atrevámonos a cambiar, a experimentar lo nuevo, a dejarnos llevar por lo que los sentimientos nos dicen. Después de todo ¿qué podemos perder?. Hay algo gravísimo que perdemos cuando NO nos atrevemos: la posibilidad de encontrar algo que realmente valga la pena, que nos haga cambiar, que nos muestre el camino.
Vivan plenos, para llegar al final felices de no haber perdido nada.
Sean libres, sean ustedes.
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