A veces pasa, si.
Pasa un día en el que uno llega del trabajo o de estudiar, con ganas de distraerse, de salir, de ver a alguien... bue, de que pase ALGO. Y casi de golpe, mirando en retrospectiva uno se da cuenta que hace mucho que no pasa nada. Justo nuestros mejores amigos estan con algún tema importante y los vemos salteado y poco. Y la junta de amigotes/conocidos/allegados/esloquehay's no llegan a satisfacer esa necesidad de diversión/comunicación. Tratando de pensar en otra cosa retomamos por quinta vez el libro que tenemos en la mesita de luz, pero no hay caso: sigue siendo aburrido.
Estamos solos.
Y parece que vamos a estarlo por los próximos... no sé, cinco años?
"Y si voy a visitar a fulanito?, según recuerdo no era mal pibe y me apreciaba mucho... bueno, lo eché un par de veces de casa por insoportable, pero supongo que no será rencoroso."
Nada, seguimos solos.
...
Y entonces pasa: ¿Llega una murga que nos invita a una fiesta que va a durar dos semanas?
No. Pasa que nos damos cuenta de la necesidad que teníamos de estar en contacto con nosotros mismos. De que necesitamos tiempo para replantearnos las metas. De mirar adonde estamos parados y decidir si nos gusta o no, para poder hacer cambios.
Llegan las decisiones, todo se encamina. Y semejante a la lluvia fresca que despeja el cielo despues de muchos dias nublados, todo se va destrabando, los amigos aparecen, las oportunades nacen.
La marcha continúa como antes, pero más clara y más certera, porque nos detuvimos.
Pero... ¿cómo es que nos dimos cuenta solos de que necesitábamos tiempo?...
Inteligencia inconciente? Tal vez...
Inteligencia universal? Me gusta mas.
2 comentarios:
Negro, el tiempo es un tirano aburrido de que le hinchemos las pelotas cuasi a diario con nuestra perorata de que lo "necesitamos".
Su principal trampa, por tanto, es evitar que nos demos cuenta de ello.
Pensa que si cada tarado en esta tierra se diera cuenta de que necesita "tiempo", el tiempo debería laburar como loco para que cada uno de ellos pueda tenerlo.
Ergo, el tiempo es un haragan que busca ponernos trampas para pasarse el rato rascandose el higo mientras todos los demás hacemos su laburo.
Quizá la soledad sea un mal de nuestro tiempo, pero no la soledad física. Esa se arregla fácil con solo tomarse un micro o caminar unas cuadras.
Una vez leí en un libro la siguiente frase:
"No hay lugar más solitario para estar que el centro de Nueva York en una hora pico, rodeado de veinte millones de personas que también están solas".
No midamos nuestra soledad o compañía sólo por los números sino por su calidad. Si entre veinte millones de personas uno puede estar solo, quizá la soledad física no sea otra cosa que una buena compañía, la de uno mismo.
Paz
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